Lezvlend

Obiel Eduardo Agudelo

En recónditos lugares ficticios del Valle del Cauca,
ronda el aliento de una peculiar criatura. Ni humano, ni animal, nacido de la psique del incomprendido portador; orgulloso y aterrado de aquel extraño don, un alter ego filoso que se pasea de dimensión en dimensión.
En cada escenario que está a punto de presenciar, predominan el hambre y las ansias de nuestra peculiar criatura espectral. Y aunque no haya una concreta conexión entre una u otra dimensión, usted notará la presencia de nuestro querido ser, al dejar sus maquiavélicas intenciones expresarse a flor de piel.
En otras ocasiones solo será por la necesidad de a los suyos resguardar en esta pesada, hostil, alejada irrealidad, donde las pesadas vivencias fuerzan a los protagonistas de esta experiencia visceral, a tomar acción rápida en medio de las crisis que deben superar.
Póngase cómodo, apreciado lector, pues este pandemónium va a comenzar.
Ah, pero antes de continuar permítame mi nombre anunciar. Me llamo Ednoc y mi labor es darles una breve entrada a los obscuros sucesos o narrar por completo, en los siguientes textos.
A su vez, les ofrezco una ligera compañía.
Sin más preámbulo procedo a narrar.