Me siguen llamando “Padre”

Un hombre recibe el «llamado como persona elegida para ejercer el sacerdocio», al que responde desde la niñez de un escolar antioqueño con la lealtad de su fe y la lealtad para con el llamado del “Supremo Ordenador”. Y vaya Dios si lo intentó con alma, vida y corazón. Se esforzó por llegar a ser un sacerdote misionero hasta donde las dolorosas y equívocas contradicciones con sus superiores lo permitieron.

En su intento sobriamente honrado de responder a sus hijos, a su esposa y a quienes han hecho parte de su vida —por qué no llegó a ser el Padre que él mismo había creído ver en él, se vio llevado a escribir el libro que usted tiene entre sus manos.

«Padre, ¿cuál es la historia de esta familia que hemos llegado a ser?» fue la pregunta de su hijo que detonó la aventura creativa de responder por el apelativo de «Padre», que terminó por perder el sentido estrictamente clerical, y ser el de un padre de familia que consagró todo su amor a ella, con la misma transparente vitalidad con que ratifica su «real vocación, la de ser persona al servicio de los demás».

Alberto Rodríguez

ISBN:  978-628- 02-1919-6

Idioma: Español

Edición: Primera

Año de publicación: 2025

Páginas:  300

Acabado: En rústica

Dimensiones: 14×21

Nació en Medellín en 1943. Sin cumplir aún los doce años fue separado del hogar paterno para ser internado en el Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal. Fue ordenado sacerdote en 1968; en 1969 fue nombrado rector del seminario de Buenaventura; en 1970 viajó a Bélgica para hacer estudios de sociología y antropología que debió suspender

J. Iván Pérez R.

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